Nuestra historia comienza una tarde cuando, tras la cena y escapando del secador de pelo que empuña su madre, Isogai emprende un valiente viaje impulsado por la curiosidad, pues se acerca al momento en el que todo niño comienza a pensarse el mundo que le rodea y a sospechar que el paraíso construido por sus padres, si bien fue alimento primordial, ya no responde a todas las inquietudes que ahora le surgen.
